domingo, 15 de abril de 2012

Lucía Martínez, luminosidad creativa

         No cabe duda de que AzulCielo es un disco de jazz. Es más, diría que un gran disco de jazz. En absoluto hermético sino todo lo contrario, una propuesta abierta a la música en mayúsculas y sin ningún complejo. Ya nos los demostró la joven músico con su cuarteto en el debut discográfico Soños e Delirios allá por 2008, su condición no se aferra a una ortodoxia de corsé, sino que viaja por la amplitud del espectro sonoro y musical con la finalidad de dar rienda suelta a una desbordante alma creativa.
         A la percusionista, compositora y arreglista gallega Lucía Martínez, parece como si los registros o diferentes estilos musicales se le quedaran pequeños, transgrede los límites para transitar a libertad de un lado a otro obedeciendo a se capricho creativo pero también a la absoluta coherencia. De la herencia musical barroca a la fuerza popular del folk, de los aromas del tango a la música española, del jazz más ortodoxo a su concepción más libre.
AzulCielo, grabado en Berlín, ciudad en la que reside desde hace casi un lustro, con el Berliner Projekt, es dulzura, pero también pasión; es sensibilidad, pero también fuerza. La baterista capaz de transcribir los endiablados solos del saxofonista John Coltrane,  ha llevado a golpe de escobilla y baqueta el matiz del cielo de su Vigo natal a tierras más gélidas en una estupenda mezcla de color y precisión, de lirismo y profundidad. Ahora sólo resta verla por los escenarios nacionales.


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